El Círculo es una institución pluralista y abierta que acoge diversas ideas y posturas. Se identifica como judeo-sionista y también asume el compromiso de mantener una actitud educativa y respetuosa hacia todos los niveles de observancia. Nuestras actividades se basan en la educación judía cuyo objetivo es fundamental para que nuestros jóvenes se sientan parte del Pueblo Judío.
Esta conexión inseparable requiere otro aspecto importante: el vínculo con Medinat Israel, el Estado de Israel. El Círculo promueve y fomenta la realización personal de cada judío a través de su relación con Israel.
Desde sus inicios, nuestra institución se adhiere al Programa de Jerusalem, aprobado por la Organización Sionista Mundial. Este, nos une en un compromiso activo. Vale la pena recordar los cinco puntos fundamentales del programa:
- Fomentar la unidad del Pueblo Judío y la centralidad de Israel en la vida judía.
- Reunir al Pueblo Judío en su Patria histórica, Eretz Israel, a través de la Aliá desde todos los países.
- Consolidar al Estado de Israel, basado en la visión profética de paz y justicia.
- Preservar la identidad del Pueblo Judío mediante la promoción de la educación judía y hebrea, así como la difusión de sus valores espirituales y culturales.
- Proteger los derechos judíos en todas partes.
Este compromiso con el ideario sionista no solo es una forma de vivir el judaísmo, sino también una ventana al mundo, especialmente en tiempos difíciles y de crisis.
Círculo es una Institución
Pluralista. En ella coexisten diferentes visiones de mundo que deben ser escuchadas, respetadas y aceptadas como realidades posibles en tanto forma de vida judía. Inclusión del otro diferente como alguien que puede enriquecernos.
Tolerante. Estamos abiertos a recibir líneas de pensamiento disímiles siempre que enriquezcan a nuestros socios y que se correspondan con la intención de una educación íntegramente judía, que combate la asimilación.
En permanente búsqueda del equilibrio. Para que sus socios estén contenidos, puedan disfrutar de las propuestas que se les ofrece y, fundamentalmente, tengan el marco social adecuado que eligieron para el crecimiento de los suyos. Un mínimo de consenso entre los asociados permite abrir el abanico de posibilidades y de este modo engrandecer nuestra Institución y al mismo tiempo enriquecer a sus miembros.
Apartidaria. Toda idea democrática es bienvenida y escuchada a fin de enriquecer los debates. Son nuestros socios -de manera individual- quienes pueden reivindicar determinadas preferencias políticas.
No alineada con ninguna corriente religiosa en particular. Nuestros socios son quienes -en el seno de sus propios hogares- articulen sus vidas bajo la forma religiosa que entiendan que se corresponde más adecuadamente con sus creencias.
En la que sus asociados son parte de una gran familia. Sabemos que ésta es la única manera de cuidarse los unos a los otros.
Que se honra de recibir aportes espirituales. Siempre que sean desde una perspectiva judaica que enriquezca el pensamiento y la vida de nuestra Comunidad
En su diaria tarea CSHA brinda, a todos sus asociados, un lugar de referencia, contención e inserción comunitaria en un marco judaico. Nuestra institución exhibe distintas opciones de actividades para todas las edades en donde cada socio pueda tener la oportunidad y libertad de elegir entre todas las que existan.
Nosotros nos ocupamos y preocupamos por integrar al mayor número posible de miembros de la comunidad, que encuentran aquí un espacio donde se vive de acuerdo al espíritu de nuestra tradición y en los tiempos que exige la vida de hoy.
La historia de nuestra Institución nace a mediados de los años ’60. En ese entonces muchos dirigentes comunitarios, hombres y mujeres que participaban activamente de la vida social, espiritual y tradicional del judaísmo nucleados en distintos centros sefardíes de Flores concibieron la necesidad de originar también un espacio recreacional y deportivo, para que los más jóvenes tuvieran esa posibilidad en el marco de una institución comunitaria. Fue por 1966 que, con tal fin, se adquirió una propiedad en la calle Concordia 460.
Hubo sin embargo, un sinnúmero de inconvenientes y aquello no avanzó. Hasta que la Asociación Argentina Sefardí de Cultura y Beneficencia cedió al naciente Círculo el lote que aquella poseía de la propiedad en la calle Avellaneda 3549. reunión fundacional se llevó a cabo el 28 de noviembre de 1968 y allí se redactó el primer Acta del Círculo Social Hebreo Argentino. Aquella primera Asamblea fue presidida por Don Alberto Babor. Se elige entonces la primera Comisión Directiva de la Institución. Ésta es encabezada por el Sr. Alberto Babor (Presidente), siendo el Sr. Salamán Tasat el Secretario General. A su vez, la Personería Jurídica nos fue concedida el 4 de julio de 1969.
Se comenzaron las obras de la Sede Social en octubre de 1973, al colocarse la piedra fundamental. Se contaba entonces con 500 socios vitalicios y se adquirió incluso un terreno lindero. Para recaudar fondos se hizo un espectáculo en el Plaza Hotel. Y, con idéntico objetivo, comenzó lo que con los años constituiría un verdadero clásico del Circulo: los avants-prèmieres (estrenos) de funciones de cine, teatro y/o música. Aquel primer estreno fue el de la exhibición en la Argentina de una película israelí.
El 25 de mayo de 1978, en que oficialmente se inaugura la nueva Sede Central se hizo una Cena-Show, con las instalaciones totalmente colmadas por nuestros socios. El espectáculo contó con muy prestigiosas figuras de la canción, como la argentina Valeria Lynch y la israelí Iaffa Iarkoni, siendo conducido por el animador Héctor Larrea.
Con la Sede propia en pleno funcionamiento, cobró impulso nuestro desafío por consolidar un proyecto comunitario de tercera generación, inspirado en el pluralismo y la libertad de las ideas. Un proyecto apuntalado en la preservación de nuestra identidad y nuestros valores, al tiempo que en la necesidad de aglutinar a las distintas franjas de edades en actividades sociales, recreativas y deportivas.
La recaudación de los avants-prèmieres fue básicamente volcada a la construcción del Club de Campo. El Club de Campo, ubicado en Canning, Partido de Esteban Echeverría, se halla en una zona de excepcional verdor y saludable hábitat. Son 40 hectáreas, de las cuales se edificó en 18 de ellas.
Se inaugura el 2 de diciembre de 1990. Desde su origen pasa a ser el lugar adecuado para el fin de semana en familia. Nuestra Comisión Directiva de entonces era integrada -entre otros- por el
Sr. Marcos Cohen (Presidente),
el Sr. Salomón Daye (Vicepresidente 1º),
el Sr. Daniel Cohen (Vicepresidente 2º),
el Sr. Alberto Chamma (Secretario General)
y el Sr. Salomón Bucai (Tesorero).
Inicialmente se trataba de un conjunto de 64 viviendas agrupadas en 8 conjuntos de 8 unidades cada uno, con una distancia de 20 metros entre las viviendas. Cada una de éstas, tenía -aproximadamente- 64 metros cuadrados cubiertos y un total de 150 metros cuadrados de terreno. Entre sus instalaciones deportivas, se cuentan la Pileta de Natación, canchas de fútbol, de vóley y de tenis. Además del Club House y un práctico quincho cubierto con parrillas, posee instalaciones para distintas actividades socioculturales y recreativas. Su restorán kasher es único en la zona y acuden familias que cuidan nuestra tradición.